¿Hay que llevar un control horario diario de la jornada de todos los trabajadores? En los contratados a tiempo parcial, sin duda sí. Referente a los otros, por ahora no, ¿o sí?Recientemente han corrido ríos de tinta sobre la obligatoriedad del registro y control horario de la jornada laboral, con vaivenes de la jurisprudencia.
La ley, el Estatuto de los Trabajadores, obliga a llevarlo para los trabajadores contratados a tiempo parcial, debiendo registrase la jornada normal a diario (entrada y salida) y también las posibles horas complementarias hechas, si se ha pactado expresamente su realización.
Sin embargo el sistema de control horario no está reglamentado, pero evidentemente debe ser claro y fiable.
Puede ser una simple hoja donde se anota la entrada y salida a diario, una cartulina o tarjeta que pasa por el reloj de control, un sistema informático o un registro mediante móvil o tablet.
Lógicamente, son más recomendables los medios electrónicos, sobre todo si van unidos a sistemas de geolocalización en el caso de empleados que se desplacen fuera de la empresa (repartidores, mecánicos, instaladores, limpiadores/as, personal de seguridad, mantenimiento, vendedores, etc.).
La gran duda surge cuando hablamos de empleados contratados a tiempo completo.
La ley no establece ningún sistema de control obligatorio. Solo en el caso de realizar horas extraordinarias es necesario, lógicamente, contabilizarlas tanto para pagarlas y no sobrepasar el límite legal (80 horas extras al año) o para compensarlas con descanso en los 4 meses siguientes.
Pero claro: si deben registrase las horas extras en el caso de realizarlas, si algún trabajador las reclama como hechas y no pagadas ni compensadas ¿cómo podrá contrarrestar la empresa que no se han hecho si se carece de un sistema de control?.
El Tribunal Supremo ha dicho que no se puede exigir legalmente el control de la jornada, pero que sería muy conveniente que se realizara, bien por obligación de cada empresa o convenio o bien reformando el Estatuto de los Trabajadores.
Ya hay una iniciativa legal en el Congreso de los Diputados que lo plantea, modificando un par de líneas de un artículo de la ley.
Lógicamente las empresas ven que se les impone una nueva obligación –una más- y una carga administrativa más que supone un mayor coste indirecto.
Pero también el trabajador se siente más controlado ante posibles retrasos o faltas de puntualidad que hasta ahora pasaban inadvertidos, aunque será también un sistema de defensa para evitar abusos en la prolongación de la jornada que en ocasiones no se cobran ni se compensan.
Sea lo que sea, parece ser que más bien pronto que tarde todos los empleados tendrán que fichar la entrada y salida de su empresa y ésta asumir el coste del sistema y su control administrativo.
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